Coaching-salud: Vivir con una enfermedad crónica
Cuando nos dan un diagnóstico definitivo en el que nos dicen que tenemos una enfermedad crónica nos hacen una herida particularmente punzante, porque pareciera que nos obligan a despedirnos de la salud. Si tienes diabetes “puedes quedarte ciego…”, si tienes fibromialgia “los dolores no te van a abandonar…”, si tuviste un infarto o un cáncer “te puedes ir en cualquier momento…”, etc.
Como cualquier pérdida, nos lleva a vivir un duelo, que requiere un proceso de adaptación en todos los aspectos: emocional, corporal, mental e incluso trascendente, porque nos altera nuestra forma de vida. Pasamos por las distintas etapas del duelo: negación “esto no me puede estar pasando”, ira “¿por qué esta injusticia?”, negociación “haré lo que sea para que esto desaparezca”, depresión “¿qué sentido tiene mi vida?… ¿quién me va a amar en esta estado?”, para llegar a la etapa clave: la aceptación.
La aceptación no es resignación. Resignarse significa adaptarte a vivir bajo tus nuevas circunstancias con resistencia, “no me queda otra”. Si esta es tu situación, o sigues dando vueltas a cualquiera de las etapas del duelo sin saber cómo salir de ello, te invito a recorrer un camino de vida nuevo donde la enfermedad puede convertirse en una condición de vida más.
De la misma forma que alguien que tiene la piel muy blanca debe cuidarse al exponerse al sol, y nadie le llama enfermo por ello, te invito a que vengas a reinterpretar tu enfermedad como una oportunidad única para amarte de forma incondicional. Lo denomino Atención sostenida en la salud.
Lo haremos a lo largo de un programa de 12 semanas que consta de los siguientes pasos:
- Identificación de tus creencias relacionadas con la salud y la enfermedad, resignificando aquellos mensajes que pueden entorpecer tu camino hacia el bienestar.
- Encontrar el equilibrio interno desde tu identidad esencial, definiendo tu código personal enfocado en el mantenimiento de la salud.
- Asumir tu propia responsabilidad sobre tu felicidad, incluyendo el autocuidado que tu nueva condición de vida te pide.
- Alcanzar una mejor gestión de tus emociones y de tus pensamientos.
- Lograr una nueva consciencia acerca de tu cuerpo, para que puedas sentir cómo trabaja a tu favor.