Creo que uno de los mayores cambios de mi vida ocurrió cuando dejé de preguntarme “¿por qué me pasa esto?”, y comencé a centrar mi atención en qué podía aprender de lo que estaba sucediendo. En otras palabras, aceptar, que conlleva actuar, en lugar de resistirme, que viene acompañado de sufrimiento y un aire de victimismo.
Creo que la mejor forma de explicarme es a través de ejemplos reales, y me he decidido por dos, uno de lo más banal y otro trascendente.
Voy con el primero: ¿Quién no se ha tropezado alguna vez causándose un gran dolor? Como cuando te das justo en el dedo meñique del pie, ¿qué haces cuando te pasa algo así? Hace ya bastante tiempo, me daba por fustigarme con una serie de descalificativos, sumándole al inmenso dolor, inevitable, ese sufrimiento adicional de tirar por los suelos mi autoestima y quedarme con el mal cuerpo que te deja maldecir. Hoy, más consciente, cuando me ocurre, respiro en el dolor, es decir, centro mi atención en el lugar del golpe visualizando que el aire llega hasta ahí, imaginando que cede, y recordándome que tengo por objetivo cuidar mi cuerpo, que debo detenerme para atenderme. Como comprenderán, desde que actúo así, salgo del mal rato, más rápido y más entera, y me pasa bastante menos.
Ahora voy con un ejemplo doloroso, la muerte reciente de mi papá. Aceptar su partida hace que lo tenga presente de forma amorosa. No es que no haya dolor, pero no abro ningún resquicio para que entre el sufrimiento. Siento que lo abrazo y me abrazo cuando elijo sustituir la sensación de pérdida por una de felicidad desde algún recuerdo bonito, ¡hasta termino sonriendo! Me siento agradecida de tener el suficiente camino personal recorrido para honrar su memoria con alegría. Si esto hubiese pasado hace algunos años, cuando vivía resistiéndome al dolor, el sufrimiento hubiese sido infinito, en lugar de esta serenidad que me acompaña.
Por eso te invito a que cada vez que te ocurra algo que te descentre, te duela, te parezca injusto, etc., no dejes que te genere un sufrimiento que NO mereces. La vida es complicada, sin duda, y también esconde momentos increíbles de los que llenan el alma, sólo has de centrar tu atención en aquello que deseas para ti. No podemos cambiar lo que sucede, sin duda, pero podemos elegir cómo actuamos ante lo que sucede. Incluso cuando parece no haber salida (un mal trabajo al que no podemos renunciar, una persona tóxica con la que hemos de vivir, una enfermedad crónica…), tú puedes elegir mantener tus valores, disfrutar de los buenos momentos, abrazar a los que te aman, refugiarte en tus amigos, agradecer estar vivo. En resumen, ¡puedes elegir vivir en bienestar!
Adelma Stolbun.
Psicóloga sanitaria, colegiada M26726. Autora del método “Atención Sostenida: Un camino hacia el bienestar emocional”. Imparte terapia individual y de pareja en su propio centro. www.atencionsostenida.com
Muy bueno! Gran inspiración! Gracias Adelma!
Autora
Gracias a ti Andra
Mil graciassss Adelma! Excelente contenido y súper constructivo.
Autora
Gracias Anna
Gracias Adelma. Muy buena manera de enfrentar esos momentos difíciles de la vida. Muy útil
Autora
Gracias a ti Jorge 😉